¿Por qué mi madre es la mejor del mundo?

Esta entrada ha sido para mi un verdadero quebradero de cabezas. Una de las principales razones es que siempre que intento escribirla, no encuentro las palabras adecuadas para ello, ni las ideas, ni nada del estilo. Lo único que hacía era escribir y luego borrar lo que había escrito, ya que no me parecía ajustado a la realidad que trato de plasmar. Supongo que todos os preguntareis:”¿Cual es el problema de hablar sobre  tu madre?”. Yo no conozco la situación personal de cada familia, pero en mi caso es difícil porque ella está muerta. Mi intención es honrar su memoria en esta entrada, ya que para mi lo fue todo, dándome cariño y atención a pesar de tener otros seis hijos. También porque yo solo tenía doce años cuando murió, y me marcó para el resto de mi vida y yo no estaba preparado para perder a mi madre.

Por esas razones, he dejado atrás todo tipo de perfeccionismo y he pasado a hablar de lo representaba para mi. Siempre la madre es muy especial para todos los hijos, pero el hecho de que entre todos tus hermanos, que me sacan más de nueve años todos, se concentre en ti, crea una relación de amor irrompible. Era perfecta, dentro de lo que puede ser humano, y toda descripción acerca de ella es poca. Era mi universo, hasta que me despojaron de él, dejándome como única salida aceptar este hecho y madurar. Duele que me olvide de ella algunos días, pero cuando me acuerdo de ella es duro, pero a la vez reconforta saber que aun la sigo queriendo, sin importar la cantidad de años que pasen.

No odiéis a vuestras madres porque no os dejen salir, o se enfaden y te echan una bronca, porque en el fondo, es uno de los mayores bienes que podéis tener en la vida terrenal.

José María Serra

14 thoughts on “¿Por qué mi madre es la mejor del mundo?

  1. Me ha emocionado muchísimo leer estas palabras. No solo porque la madre de José, María, era mi mejor amiga sino también porque era una excelente persona que supo conjugar la vida cristiana, la filosofía realista, el amor por su familia y amigos, la generosidad total para quien la necesite y un humor excelente. No hay mejores palabras para designar los vínculos que María del Valle tenía con todos que, como bien dice José, “crear una relación de amor irrompible”. Sencillamente es así el verdadero amor. Es principio de eternidad.
    Pero quisiera señalar también que de un amor así surge un fruto extraordinario: un hijo agradecido. Gracias José por enseñárnoslo! gracias por recordarnos que el amor no termina aunque no tengamos la presencia del ser querido. Ya definía Santo Tomás de Aquino al amor como la tendencia hacia el bien, presente ó ausente. Y quizá sea en la ausencia cuando el amor se hace más fuerte y “nos” hace más fuertes. Uno de los primeros efectos del amor es el crecimiento. Quien es querido de verdad puede crecer. Creo que esto es lo que ha sentido José y lo ha marcado, ya que ha crecido.
    Y un consejo de tía vieja: no importa olvidar a veces. En lo cotidiano nos gana la urgencia, lo que tenemos que hacer y terminar, la tarea que está en nuestras manos. En realidad no se está olvidando. Se está viviendo bien y ese, creo, es el verdadero sentido que María ha querido dar en la educación de sus hijos.
    Adelante José a pesar de este temprano sufrimiento. Fuerte no es el que no sufre, ni el que niega que sufre, sino el que a pesar de la tristeza sigue haciendo el bien.

  2. A vuela pluma… de dónde brotan grandes verdades, dónde los tamices del pudor que franquea el sancta sanctorum de la intimidad más profunda se resquebrajan dejando fluir el oro líquido del alma sincera.
    Bravo Jose! Valiente Jose! por dejarnos abierta esta rendija de tu alma, iluminando desde otro ángulo la figura de tu madre. Desde el ángulo más tierno, probablemente el más puro, y sin duda el más sincero. Porque nos dejas ver desde tus ojos de niño (por aquel entonces, porque ahora ha escrito el hombre), que siempre muestran la verdad sin tapujos.
    Hoy al leer tu entrada, he pensado mucho en la emoción de María al leerlas en el punto wifi de una de las cafeterías que tengan por allá arriba, porque seguro sigue enganchada a nuestro mundo 2.0 como lo estaba aquí. Sólo una vez la vi llorar; elegante, con ese perfume de alegría que llenaba la plaza de la Iglesia. Lloraba contenidamente, de emoción, de orgullo, de alegría , de tristeza, impotencia y de mil sentimientos más, que sólo personas como ella son capaces de fundir en una sola, de amor. Y hoy, al leerte, he visto de nuevo esa cara de emoción, con los ojos chispeantes, medio entornados, fruncida la comisura de los labios a la izquierda reprimiendo un comentario irónico sobre sus lágrimas. Y la he visto de con su café enfriándose, el pitillo consumiéndose en el cenicero absorbida por la pantalla. Una lágrima en el teclado y un susurro lacónico dirigido a ese Dios sentado a su lado rodeándole el hombro con el brazo creador: “mira lo bien que hemos hecho…ese es nuestro hijo”. Y después besándolo en la mejilla con la mirada dice: Gracias, gracias.

    No importa que muchos días no la recuerdes en la borájine del ahora, siempre como María con Jesús, estará entre las bambalinas de tu vida; discreta, alegre, paciente, esperando el momento oportuno para susurrarte un consejo, consolarte con su mirada, y abrazarte en el triunfo.

    En esta entrada, has honrado a María mejor que todos los sermones, discursos, cartas que se hayan podido hacer. La has honrado con el amor agradecido de un hijo, que dejó niño, y que escribe hombre hoy.
    Te lo repito de nuevo, Bravo Jose, Valiente Jose, sigue dejando que la huella de María te haga crecer.

    Sólamente no puedo compartir una de tus palabras, Maria del Valle: La mejor suegra del mundo.

  3. Gracias Jose, porque con tu aportación sobre tu madre y la madre, me has enseñado a querer más a mi madre y a querer ser cada día mejor madre.

  4. Muy buena entrada.
    Me hace recordar al comentario de un compañero de trabajo que tiene un hijo y al que yo le preguntaba si iba a tener más. Él me respondió con un rotundo NO, que no le parecía justo tener que dividir su amor entre varios hijos, que prefería dárselo todo a su hijo único.
    El amor, cuando es verdadero, no es cuantificable, sino inagotable. Creo que así nos sentimos todos los hijos con respecto al amor que nos dio “mami”

  5. Imagino jose a tu madre en el cielo mirandote con sus ojos grandes y la mirada profunda muy especial cuando algo le conmovia tanto que no podua pronunciar palabras.la profundidad de su mirada en momentos de inmensa emocion expresaba el deseo de retener el momento y sin palabras asentira su alma en una apaarente correspondencia al amor del hijo digo aparente porque ella jugo con ventaja y se te adelanto en el amor porque te amo desde el instante q supo q vivias en sus entrañas.
    Si algo mas de lo dicho destacaria es su amor a la verdad.nuestra amistad fue fuerte y veraz. Una amistad que nos hizo mejores y q ahora cuando hablo con ella cuando le rezo solo me lleva a pedirle una cosa. Ayudame a ser santa y fuerte porque igual que a ti te educo con ternura y fortaleza nuestra amistad se fundo en la verdad la ternura y la fortaleza. Bravo jose

  6. Gracias José por haber escrito algo así. Fuiste capaz de poner en palabras un sentimiento hondo, doloroso pero esperanzado. Son palabras que brotan del corazón. De un corazón que maduró en la pena y que pudo aceptar y crecer. Son palabras que a mi me cuesta decir pero que brotan de una gran sabiduría alcanzada en tu adolescencia. Quiero comentarte que leer esto me ayudó mucho y supongo que también ayudará a personas que pasaron por un dolor semejante. Así que nuevamente, un imenso gracias.

  7. José María, me gustó muchísimo lo que escribiste y cómo lo expresaste. Nos queda hacer memoria de esta gran madre, gran mujer y persona que nos ayudaba a mirar a Aquél, que da sentido a nuestras vidas. Intentemos acompañarnos para no olvidarla porque fue y sigue siendo muy importante en nuestras vidas

  8. Muy buena esta entrada. La verdad es que me ha dejado profundamente conmovido e impresionado. Aunque nos duela el estar privados de su presencia física, está claro que ella sigue cuidando de todos y cada uno de sus hijos, ya que como bien decís el amor hacia cada hijo crea una relación que ni la muerte puede romper. Gracias Jose por tu valentía

  9. José María, Gracias por abrirnos tu corazón. Y recordarnos toda la “amorosidad” de María. Fui su amiga en Buenos Aires y así lo viví durante toda su vida en España. La visité en 1993. Vos todavía no habías nacido. Pude visitar a mi ahijado, tu hermano Diego y compartir con tu familia y especialmente con tu madre, aquellos momentos que iluminan la vida y cautivan el corazón. Estuve varios días gozando del “universo” de María. Toda la belleza de su Amor plasmado en la alegría que surge de lo más profundo del corazón y que manifiesta “una esperanza Viva”. María , que te amaba con especial ternura siempre estará en tu corazón, en tus recuerdos, en su ejemplo y desde la “eternidad” con una presencia diferente, pero real. Las personas que nos amaron tienen una presencia contínua en toda nuestra existencia. Ella supo ayudarme en un momento muy difícil de mi vida. Ejerció la “caridad” con ternura. Su espíritu de “servicio” hizo que su mano se extendiera más allá del Atlántico, Pude ver que varias veces dejaba de lado lo “urgente” para atender las “prioridades”. Pero nunca abandó su Camino, siempre miraba a Dios. . Su “sentido del humor” expresaba su mirada a lo temporal y el ejercicio de sus virtudes lo elevaba a la espontaneidad del “bien cumplido” con ALEGRÍA.
    Querido José María, admiraba a tu madre y viendo lo que ha sembrado en tu “corazón” le pido al Señor que en sus bendiciones te haga fuerte, misericordioso y pleno. Hemos nacido para ser felices. FELICES, aún en el dolor. Fijate,¿ para que fuiste creado ? Y Nuestro Señor te lo concederá, si siempre lo PIDES. Y tu MADRE estará a tu lado para que lo consigas. Yo me sumo a este pedido para tu vida.

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